MWCC celebra la entrada en vigor de la Ley 7/2021 de Cambio Climático y Transición Energética.

El pasado día 22 ha entrado en vigor la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de Cambio Climático y Transición Energética. Madrid Subterra, entidad colaboradora de MWCC, realizó una serie de enmiendas, y gracias a ellas, la Ley reconoce, por primera vez en España, que las infraestructuras del subsuelo urbano son una fuente de energía renovable. Este hito supone que a infraestructuras como las de Metro de Madrid, Madrid Calle 30 y Canal de Isabel II, además del servicio esencial que prestan a la ciudad se les reconozca un nuevo valor añadido como fuentes de energía renovable.

Con ello se consolida e impulsa que las energías residuales generadas por dichas infraestructuras son energías renovables que deben aprovecharse para contribuir a cubrir las necesidades urbanas de energía limpia y distribuida. Concretamente la Ley contempla dos tipos de aprovechamiento del potencial energético de las infraestructuras urbanas:

  • El aprovechamiento de los fluyentes de los sistemas de abastecimiento y saneamiento urbanos para la generación eléctrica al objeto de avanzar en nuevos desarrollos tecnológicos en materia de energías renovables y contribuir al logro de los objetivos previstos en la ley (artículo 7.3).
  • El aprovechamiento de las energías residuales generadas en las infraestructuras para su propio abastecimiento y el de edificaciones en superficie (artículo 21.1.d).

Junto al reconocimiento de estas nuevas fuentes de energía renovable, para su impulso la Ley introduce otra novedad muy relevante para futuros proyectos. Regula que debe evitarse la dispersión a la atmósfera de las energías residuales generadas en las infraestructuras urbanas y su aprovechamiento como uno de los objetivos de la planificación y gestión territorial y urbanística, así como en las intervenciones en el medio urbano, en la edificación y en las infraestructuras del transporte.

Con este aval de la Ley al papel que deben jugar las infraestructuras como fuentes de energía renovable, se afianza un nuevo campo energético que permitirá aprovechar un recurso propio hasta ahora ignorado y se dota a las infraestructuras de un valor añadido, abriendo un nuevo horizonte para nuevos proyectos generadores de inversión, innovación y empleo.